Después de varios años donde los porcentajes de personas desocupadas fueron muy bajos, las tasas empiezan a subir.
A mediados del 2016 estamos muy cerca
del 8% de la población activa que quiere trabajar y no consigue hacerlo. Por lo
tanto la economía salió de lo que se consideraba desempleo friccional, donde
las personas que no consiguen trabajo se encuentran mayoritariamente en un
período de búsqueda razonable.