El aumento en las remuneraciones
reduce el nivel de ocupación por más productividad; en el peor de los casos,
por más desempleo.
Los ajustes salariales empiezan a
ser mucho para los que los pagan y poco para los que los reciben, por lo que se
abre la antesala de negociaciones con mayor cantidad de situaciones de
enfrentamiento. En momentos en que se están por iniciar nuevas rondas por
ajustes salariales, es importante analizar la evolución de esta variable, que
es clave no sólo por su impacto directo en el mercado laboral, sino también por
sus implicancias en materia de precios.
El Índice Medio de Salarios (IMS)
al mes de abril del presente año se ubicó 11,1% por encima del registro de un
año atrás. El número frío no dice mucho, ya que hay que contextualizarlo por un
lado con el poder de compra de quienes lo perciben, y por el otro con la
evolución de los costos de quienes lo pagan.