A
pesar de la cautela con la que muchas organizaciones se siguen manejando ante
la persistente incertidumbre económica, una importante proporción de
empleadores de todo el mundo identifica a la falta de talento calificado
disponible como un obstáculo permanente para el progreso de las empresas.
Sin
embargo, ante la pregunta de por qué tienen problemas para cubrir puestos en
sus organizaciones, por amplia mayoría, los empleadores expresaron que la falta
de candidatos disponibles que cuenten con la correcta experiencia y habilidades
para el empleo sigue siendo el problema que los exaspera. Esta falta de
correspondencia del talento les seguirá presentando problemas a los
empleadores.
En
la Era Humana , las compañías
tendrán que navegar el crecimiento constante de los mercados emergentes, la
globalización y el uso cada vez más expandido de tecnologías más y más
sofisticadas y de rápida evolución. Las tendencias emergentes le han dado un
valor sin precedentes al talento como el impulsor del éxito de la empresa. Esto
no hará más que aumentar la competencia por empleados de probado talento que
tengan las habilidades que los empleadores necesitan. Los individuos con las
competencias más demandadas serán más selectivos a la hora de evaluar sus
alternativas de empleo, obligando a las compañías a desarrollar mejores
estrategias de reclutamiento y retención. Del mismo modo, esta falta de talento
forzará a las organizaciones a adoptar una nueva actitud con respecto al
desarrollo del talento, de modo que enseñar nuevas habilidades a los empleados
y desarrollar a los candidatos con potencial pasará a ser lo habitual en lugar
de la excepción.
Aunque
los resultados 2012 de la Encuesta sobre la
Escasez de Talento son similares a los de 2011, sin
embargo hubo una respuesta muy sorprendente que tiene que ver con el porcentual
de empleadores que indicó que espera que los puestos sin cubrir tengan poco o
ningún impacto en las partes interesadas clave como los clientes y los
inversores
El
motivo de este cambio en la percepción del impacto es desconcertante. Por otro
lado, este hallazgo podría estar revelando un nuevo estándar. Los empleadores
fueron entendiblemente prudentes tras la recesión ya que ante la caída de sus
ingresos respondieron asignando sus recursos con cautela (tanto los financieros
como los humanos). Y aunque muchas organizaciones salieron de los problemas de
la recesión operando con mayor eficiencia, evidentemente siguen reticentes a
agregar empleados a un costo mayor, o sin pruebas de que más talento les
brindará beneficios a largo plazo.
En
parte, este es el motivo por el cual la contratación de personal no ha seguido
el ritmo de la recuperación económica general, las organizaciones pasaron a
sentirse más cómodas y aptas llevando a cabo sus actividades en un entorno
incierto en donde persiste la escasez sistemática de talentos. Los empleadores
están utilizando cada vez más trabajadores contingentes para que su fuerza
laboral sea más flexible y, con ello, poder responder a una demanda pendular.
Dado que consideran que los problemas de talento perdurarán en el tiempo, en
lugar de enfocarse en resolver problemas complejos de gestión del talento, se
están abocando a otras áreas de la empresa para obtener una ventaja
competitiva. No obstante, aquellas compañías que tienen una visión a largo
plazo y entienden que su talento las diferenciará de sus competidores,
probablemente obtendrán una mayor ventaja competitiva que aquellas que eligen
poner a la gestión del talento en segundo plano.
Manpower, Nov 2012